Acerca de A-Z Translations

¿Cómo se convierte uno en traductor o intérprete? Al menos en mi caso no fue por el camino directo.

En realidad siempre quise emprender una carrera musical. Desde niña toqué diversos instrumentos, participé en coros y orquestas y hasta gané dinero tocando el órgano. Terminando el bachillerato planeaba estudiar música sacra en Bayreuth, no sin antes pasar un año en los EE.UU. antes de comenzar “mi vida adulta”.

De pronto un año se había convertido en diez. Durante este tiempo obtuve primero un Bachelor of Arts en Música (con canto como asignatura principal), seguido por un Master en Música para la dirección de orquestas. Durante y después de mis estudios trabajé ejerciendo las funciones más variadas, desde tutora (¡incluyendo inglés!), guardia de seguridad y docente de alemán hasta empleada en la oficina de contaduría de una gran cadena de venta minorista.

Quizá se deba a mis dotes musicales, lingüísticos o a algún otro, que poseo gran habilidad para aprender otros idiomas, aún más, para hablarlos rápidamente sin acento. A no ser por mi nombre de pila tan “extraño”, nadie se hubiera imaginado que yo no fuese norteamericana y aún así me vio frecuentemente obligada a mostrar mi pasaporte como comprobante de mi nacionalidad.

En algún momento dado no encontré más puertas abiertas en lo que concierne a mi carrera musical en los EE.UU. y es por eso que decidí regresar a Alemania e intentarlo aquí. Lamentablemente, la situación que me esperaba en mi país no era muy diferente, lo que me obligó a emprender un camino completamente distinto…

Sinceramente fue fácil encontrar un nuevo objetivo: para aprovechar mi habilidad con los idiomas me decidí por la formación como traductora e intérprete certificada por el Estado alemán para español e inglés en el Institut für Fremdsprachen und Auslandskunde an der Universität Erlangen-Nürnberg. Durante estos cuatro años adquirí contactos importantes en el sector y trabajé como traductora e intérprete en distintos campos.

Después de mi graduación exitosa en 2008 y juramento ante el Landgericht Bamberg emprendí el camino de la autonomía, puesto que, por un lado, me había consolidado ya en el sector y, por otro, trabajo con la mayor eficiencia teniendo mi propio orden y estructura. Ya que poseo un alto grado de automotivación y autodisciplina, además de un extraordinario talento de organización, desempeño un trabajo de alta calidad y profesionalismo, a cuyo efecto mi bilingüalidad (en los idiomas alemán e inglés) resulta de gran ventaja.

También mi formación musical, tanto en Alemania como en los Estados Unidos, naturalmente juega un papel muy importante – no en el escenario, pero sin embargo con mucho peso – porque, por supuesto se produce la mejor traducción en el campo en el cual se ha invertido la mayoría de su tiempo y sus recursos y que también gusta más al traductor.

A propósito, el nombre de mi empresa se deriva de mi nombre:

Anke BetZ